El pasado sábado 21 de octubre del 2017, plato de garbanzos mediante, se recibe una llamada desde el 112 informándonos de la presencia de un deportista agotado a -15 m. de profundidad en la torca del Hoyo de Llaneces. Superada la sorpresa inicial relativa a la cota del incidente, procedemos a movilizar al equipo de primera intervención del ESOCAN. Como siempre la información es escasa y ante un posible mal entendido referente a la valoración inicial del incidente, nos traladamos rápidamente a Arredondo. Fijado el punto de encuentro en el ayuntamiento nos reunimos con el técnico de guardia de Protección Civil y analizamos la situación. Enviamos a dos socorristas rápidamente a boca de cueva para valorar la situación mientras otros cuatro de dotan de anclajes, taladro y cuerdas para apoyar al primer grupo. Para cuando llegamos a la cabecera del pozo, el primer equipo y tras valorar los anclajes existentes, las cuerdas, el estado del deportista y con el material de fortuna con que cuentan, ya han izado a éste por el método de contrapeso.
Lo que tenía que suceder ya ha sucedido, con este rescate se inaugura una nueva época en el espeleosocorro cántabro: el rescate de excursionistas.
Podemos dividir nuestra historia en cuatro grandes periodos:
Exploradores: allá por el final de los años sesenta del siglo pasado comenzó la época de exploración, que continúa en nuestros días. En esta época la única práctica deportiva que existía era la propia de los exploradores, franceses, británicos, cántabros, madrileños, catalanes, valencianos, vascos etc.
Torca del Hoyo de Llaneces (foto ADEMCO)
Deportiva: a principios de la década de los años noventa del pasado siglo se generaliza la práctica deportiva en sentido puro. La publicación de las Grandes Travesías facilita esta modalidad consistente en la colección de travesías. Se trata de una forma de practicar este deporte sin grandes necesidades estructurales (clubes, materiales, trabajo en equipo etc). Dos deportistas con dos cuerdas de 50 m. pueden realizar grandes actividades sin necesidad de encuadrarse en una estructura superior. En este momento el alma de la difunta Federación Española de Espeleología (y sus territoriales) se parte o reparte entre exploradores versus deportistas. La cohabitación es difícil y tormentosa y finalmente acaba con la desaparición de la propia federación (por esta y por muchas otras causas que no viene a cuento comentar).
Torca del Hoyo de Llaneces (foto ADEMCO)
Empresas: a principios de siglo con la aparición de la Red de Cuevas del Alto Asón comienzan a disfrutar de nuestras cavidades otras personas ajenas por completo al ámbito deportivo, de la mano de servicios profesionales de guiado en cueva. La administración deja de tener un ùnico interlocutor en materia de uso y gestion de las cavidades: la Federación Cántabra de Espeleología. Entrando en juego ACANTA, la asociación de empresas de turismo activo de Cantabria.
Rescate en la Torca del Hoyo de Llaneces (foto ESOCAN)
Excursionistas: de un tiempo a esta parte venimos detectando la presencia en nuestras cavidades de «deportistas» que sin un equipamiento muy ortodoxo se acercan a aquellas cavidades que presentan una aproximación cómoda, y que tienen un cierto valor paisajístico y de aventura asequible. Era cuestión de tiempo que se produjera un incidente de la naturaleza que en este artículo se narra…… y han venido para quedarse. Sin duda en el futuro tendremos cada vez más incidencia de este tipo de rescates: situaciones banales, cerca a la boca de entrada y personas con poca preparación técnica, planificación escasa y forma física discutible…. Ha comenzado una nueva era en la espeleología.
Equipamiento del deportista rescatado en la torca del Hoyo de Llaneces (foto ESOCAN)
Es el momento para que clubes y por extensión federaciones territoriales hagan esfuerzos para canalizar la práctica segura de este deporte, de forma coordinada y enfocada al deportista. Para ello es preciso que su actuación se oriente al deportista y deje de estar orientada a la mera ocupación de cargos públicos o al quitate tú que me pongo yo. Con la profesionalización de la formación a través de entidades públicas y privadas de formación, vease escueladeespelología los clubes y entidades deportivas van a tener a su alcance a técnicos titulados a través de los cuales poder externalizar sus ofertas formativas y de actividad, quedando la directiva orientada a la gestión del club. Se descargarán entonces de las ingratas tareas de formación y actividad. Éstas quedarán a cargo de profesionales, que podrán estar en el propio club o contratados externamente. Esta práctica sin duda liberará a los clubes de tensiones innecesarias, darán un mejor servicio a los asociados y facilitarán una práctica segura de la espeleo. Esto redundará en mas asociados, estructuras más fuertes y profesionalizadas y a largo plazo mejor y más segura práctica del deporte.
fin de rescate en la Torca del Hoyo de Llaneces (foto ESOCAN)
La espeleología ha cambiado en los últimos veinte años, es preciso que las instituciones federativas se den cuenta de ello y actuen pensando en el bien de los deportistas a los que representan. Quizá el echo de que cada vez haya menos federados sea consecuencia de una visión miope de la propia práctica de la espeleología.
La gestión del mundo subterráneo se complica, entidades deportivas dedicadas a la exploración, entidades deportivas en sentido estricto, empresa de turismo aventura, escuelas oficiales etc. ya no se trata solo de una actividad de exploración. Evoluciona.